Convenios con aseguradoras: ¿cómo gestionarlos?

¿Cuántas veces has pensado que trabajar con aseguradoras es el paso que te falta para terminar de llenar tu agenda? Esta es una de las decisiones que marcan un antes y un después en la vida de una clínica.
Porque la idea de tener pacientes “asegurados” que lleguen sin apenas invertir en publicidad suena muy tentadora, no vamos a mentirte. Pero también da respeto por todo lo que conlleva: tarifas bajas, papeleo, autorizaciones.
Y aquí es donde viene la verdadera pregunta: ¿realmente compensa?
¡Vamos a poner las cartas sobre la mesa!
¿Qué son los convenios con aseguradoras sanitarias?
Aunque si ya llevas tiempo con tu consulta, tendrás una ligera idea; vamos a dejar las cosas claras. Un convenio con una aseguradora es un acuerdo mediante el cual tu clínica presta servicios médicos a los pacientes afiliados a una compañía de seguros de salud (Adeslas, Sanitas, Asisa, DKV…). La aseguradora te incluye en su cuadro médico, te envía pacientes y te paga según una tarifa pactada por cada acto médico.
Hasta aquí, suena bien: tú ganas pacientes y la aseguradora amplía su red. Pero en la práctica, trabajar con aseguradoras implica entrar a jugar con sus propias reglas.
Por ejemplo, cada consulta, prueba o tratamiento tiene un precio cerrado, que no se va a acercar, ni de broma, a lo que normalmente cobrarías a un paciente “normal”. Pero, por otro lado, el volumen de pacientes puede ser mucho mayor, lo que te da estabilidad y visibilidad a tu clínica.
Ventajas de trabajar con aseguradoras privadas
1. Flujo constante de pacientes (y menos noches sin dormir mirando las cifras)
Firmar un convenio con una aseguradora puede ser de gran ayuda en momentos en los que tu clínica se encuentre bajo mínimos de pacientes. Ten en cuenta que en España hay más de 12 millones de personas con seguro médico.
Sí, por ejemplo, tienes una clínica de fisioterapia y trabajas con varias compañías de seguros, puedes llenar huecos de la agenda, mientras que si no lo hicieses, dependerías totalmente de la publicidad y el boca a boca para conseguir más pacientes. Y sabemos que a ti te encanta que la agenda eche humo.
2. Visibilidad y reputación inmediata
Las aseguradoras suelen tener un listado de clínicas con las que tienen convenios, lo que favorecerá su posicionamiento SEO local. Imagina un paciente que busca “psicólogo Adeslas en Madrid”; es probable que tu clínica aparezca en los resultados, por lo que puedes haber ganado un cliente sin haber invertido en campañas.
3. Menos riesgo de impago (aunque más burocracia)
¡Hablemos de dinero! Al trabajar con aseguradoras debes tener clara una cosa: el dinero no va a llegar en cuanto el paciente salga por la puerta. Lo habitual es que paguen por transferencia mensual, por lo que si llevas una buena gestión de la facturación, podrás tener una previsión de ingresos.
Pero claro, también tiene una parte menos bonita, ¡el papeleo y la gestión! Cada aseguradora suele tener un portal, plazos y protocolos para todas estas tareas administrativas. Aunque si cuentas con un software como Archivex, la cosa se pone más fácil, porque simplificarás los procesos de volantes y facturación, ya que están vinculados y automatizados.
Desventajas (o lo que nadie te cuenta antes de firmar)
1. Tarifas más bajas
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, con la sesión con un paciente de una aseguradora no vas a tener el mismo beneficio económico que con uno privado. En algunas especialidades, una consulta de un paciente con seguro se paga entre 7 y 15 €.
¿Cómo hacer de esto una práctica sostenible? El volumen y la gestión eficiente son el truco del éxito.
Es importante que, antes de que te lances a la piscina y te pongas a realizar convenios con varias aseguradoras, estudies bien el terreno. Si puedes atender más pacientes en menos tiempo sin comprometer la calidad, los convenios pueden salir rentables. Pero si tu técnica se basa en atención personalizada y sesiones largas, quizá no encaje.
2. Más carga administrativa
En el caso de no contar con un software de gestión clínica, como Archivex, cuantas más aseguradoras tengas, más contraseñas, portales y facturas vas a gestionar. Si no lo organizas, lo que va a echar humo no será tu agenda, sino tu bandeja del correo electrónico.
Por eso, automatizar y controlar los tiempos de pago evitará errores y retrasos.
3. Menos control (y más dependencia)
Cuando entras a trabajar con aseguradoras, ¡empieza el juego! Ellas son las que fijan las tarifas, los límites de sesiones o los servicios cubiertos. Y si un día deciden cambiar condiciones o dejar de ofrecer un tratamiento, tú te adaptas o pierdes al paciente.
Cómo gestionar los convenios con aseguradoras sin perder el control
1. Negocia desde el conocimiento
Cada aseguradora negocia de forma individual con cada clínica las tarifas de los servicios, por lo que no te fíes de lo que te diga el vecino de la clínica de medicina estética.
Eso sí,antes de firmar, es importante que conozcas tus costes y así poder negociar un mínimo aceptable que no te las vaya a hacer pasar canutas. Si te especializas en un servicio de alta demanda, por ejemplo, fisioterapia deportiva, tienes más poder de negociación. ¿Sabías esto?
Y, en el caso de que lleves tiempo colaborando, quizás sea momento de revisar las condiciones de tu contrato antes de renovarlo.
2. Define límites y horarios específicos
Busca el equilibrio con tu agenda de clientes habituales. En muchas clínicas se bloquean ciertas franjas horarias para atender solamente a clientes de aseguradoras, pero, por supuesto, tienes que encontrar la mejor forma que se adapte a tu estilo de gestionar la agenda.
Pero es necesario que pongas ciertos límites para que no se te llene la agenda de pacientes asegurados y no te queden huecos para pacientes privados, y tu rentabilidad se vea afectada.
Aseguradoras, ¿sí o no?
Los convenios con aseguradoras sanitarias pueden ser una excelente herramienta para atraer más pacientes a tu clínica, ganar estabilidad y reforzar tu reputación. Pero también pueden restar margen si no se gestionan con estrategia.
¡Evalúa bien todas las posibilidades y no pierdas el norte!
