¿Autónomo o sociedad? ¿Qué conviene más a mi clínica?

¿Te has parado a pensar si estás pagando más impuestos de la cuenta? Pongámonos en situación: la clínica funciona, los pacientes llegan, los números crecen, pero a final de año, tienes que rendir cuentas con Hacienda. Y ahí es donde surge la gran duda: ¿seguir como autónomo o montar una sociedad?
Es una duda de lo más común, pero como todo, da un poco de vértigo pensar en dar un salto de esas características. Vamos a intentar que aclares la mente y las ideas haciendo la típica lista de pros y contras.
La forma jurídica de tu clínica: la base de todo
No hablamos solo de un papel, sino de cómo tributas, qué responsabilidad tienes y quizás de cuántas pesadillas vas a tener por las noches con temas relacionados.
- Si eres autónomo, tú y tu negocio sois uno. Todo lo que ganas pasa por tu IRPF, y si algo sale mal, respondes con tu propio patrimonio.
- Si tienes una Sociedad Limitada (SL), la cosa cambia: la clínica es una empresa aparte, con su propio CIF, impuestos y cuentas. Tú decides cuánto cobras de ella y hasta dónde llega tu responsabilidad personal.
Fiscalidad de una clínica: IRPF o Impuesto de Sociedades.
Si eres autónomo.
Si perteneces a esta categoría, seguro te sabes las cosas al dedillo o, incluso igual, tienes la cabeza hecha un lío, y no nos extraña.
Como autónomo, pagas por IRPF, que en este caso funciona por tramos. Cuanto más ganas, más te quita Hacienda: del 19% al 47%.
Por ejemplo, si tu clínica de fisioterapia crece rápido y tienes unos beneficios de 60.000 € al año, es probable que puedas acabar pagando casi la mitad de lo que ganas. ¡Y eso duele!
Si eres sociedad.
Para una sociedad, el tipo de IRPF es fijo y corresponde con un 25% sobre los beneficios, excepto si se trata de una nueva creación, que en ese caso soporta el 15%.
¿Lo mejor? Este porcentaje, al contrario que para los autónomos, no varía en función de lo que factures. Es decir, si tu clínica de medicina estética está generando beneficios altos, es buena opción que empieces a pensar en dar el salto a la SL.
Pero ojo: no es tan simple como decir “pago menos y ya está”. Si luego quieres sacar dinero para ti, tendrás que hacerlo mediante nómina o dividendos, y eso también tributa. (Aquí las cosas claras) La ventaja es que puedes decidir cómo hacerlo y cuándo, lo que te da cierta flexibilidad fiscal.
Ventajas fiscales de una sociedad limitada en clínicas.
Una cosa tienes que tener clara. Si tu clínica se encuentra en fase de crecimiento, pasar a sociedad tiene unos beneficios claros, pero también conlleva más estructura. ¡Vamos allá!
- Deducciones más amplias. Al ser una SL, puedes justificar con más facilidad ciertos gastos: dietas, equipamiento, software, formación o vehículos de empresa. No significa que como autónomo no puedas, pero Hacienda suele ser más estricta cuando los gastos están a tu nombre.
- Mejor percepción externa. “Clínica Vitalia S.L.” suena más institucional que “Laura Pérez, autónoma”. A veces las aseguradoras o proveedores prefieren tratar con una sociedad. Pero eso no te hace más o menos profesional: simplemente te posiciona distinto.
- Responsabilidad limitada. Si algo sale mal (una deuda, un imprevisto o una reclamación), responde la sociedad con sus bienes, no tú con los tuyos. Aunque, siendo honestos, trabajas en un sector en el que, aunque seas una SL, ante actos médicos o negligencias, sigues respondiendo de forma personal y afecta a la reputación directamente.
Ventajas de seguir como autónomo (sí, las tiene y son muchas).
- Simplicidad absoluta. Nada de jaleos de libros contables, notarios o juntas de socios. Al ser autónomo, solo tendrás que presentar tus modelos trimestrales, deducirte los gastos, ¡y listo!
- Menor coste fijo. La gestoría es más barata y la cuota de autónomos se adapta a tus ingresos debido al sistema de pago por tramos. Si estás empezando, tienes una tarifa plana de 80 € al mes, ¡música celestial para tus oídos!
- Impuestos proporcionales. Si tu beneficio es moderado, el IRPF puede ser incluso más bajo que el 25% que pagaría una sociedad.
- Libertad y control. No necesitas socios ni formalidades para tomar decisiones. Eres tú, tu agenda y tus pacientes.
Además, el trabajo suele ser más personal, más cercano y no tan dependiente de una gran estructura empresarial.
¿Cuál es la mejor opción para mi clínica?
Independientemente de la decisión que tomes, es importante que valores que tanto ser autónomo como crear una SL tienen que encajar con tu volumen de ingresos, tus riesgos y tus planes de futuro.
Para que puedas verlo todo de una forma más clara, en esta tabla hemos planteado diferentes situaciones y la decisión que sería la correcta.
| Escenario | Lo tuyo es ser... | Por qué |
|---|---|---|
| Estás empezando o ganas menos de 35.000 €/año | Autónomo | Pagas menos, menos papeleo y más flexibilidad |
| Facturas más de 40.000–50.000 €/año | Sociedad | Pagas menos impuestos y te proteges |
| Tienes socios o quieres crecer | Sociedad | Es la figura más profesional y estable |
| Buscas control y simplicidad | Autónomo | Todo pasa por ti y sin burocracia extra |
Lo más importante ya lo has hecho, ¡abrir tu clínica!
El gran paso ya lo has dado; en su momento fuiste valiente y dijiste “pa lante”, abriste tu clínica y ahora estás en este momento de toma de decisiones.
Si ahora tu clínica ya ha crecido lo suficiente, quizá haya llegado el momento de que deje de ser “tú solo contra el mundo” y se convierta en una empresa con todas las letras.
